He aprendido a vivir creyendo que existen las causalidades y no las casualidades, y quiero empezar contándoles esto porque me gustaría que paseáramos bajo un mismo ritmo y que se monten en sus guachicones por su propósito en el camino.
Hace un año llegué a New York planificada por dos meses de estudio, pero como ven, ya ha pasado un año y aún sigo aquí. Mientras estuve en la escuela estudiando inglés hice un grupo increíble con gente de diferentes países y los fines de semanas que teníamos libres nos dedicábamos a explorar la ciudad, entre esos paseos imaginaba haciendo mi vida aquí. Entonces, empecé a enviar mi currículum a todas las empresas que pudieran estar interesadas en mi trabajo, saben, pero todo eso solo por hecho de probar si alguna puerta se abría.
Al cabo de los 60 días decido postergar mi regreso a Venezuela por dos meses más y en el transcurso de ese tiempo caminado por las calles cerca de donde vivía en ese entonces, me encontré unos reporteros de Telemundo y por supuesto me acerqué a preguntar qué estaba pasando, logré aproximarme al equipo y mi sorpresa fue que la reportera no tan solo es una colega, sino que también es venezolana.
Durante la conversa, le comenté que hace tiempo apliqué, pero nunca me llamaron, y recuerdo claramente que le dije: “seguro no me van a llamar porque no estoy autorizada para trabajar en los Estados Unidos”. Y su respuesta fue la siguiente: “Chica, tú no sabes y uno nunca sabe lo que pueda pasar”.
Lo cierto es que un día antes, sí, como leen -un día antes-, de regresarme a Venezuela con pasaje en mano, maletas hechas, cargada de regalos para mis sobrinos y mi familia, recibí una llamada en la que me dijeron: – Hola, ¿hablo con Natacha Alves?, la estamos llamando de Telemundo 47 New York, estamos interesados en entrevistarla para la semana que viene y queremos saber si puede asistir.
Ese día sentí a Dios susurrando al oído: “no tienes idea de todo lo que soy capaz de hacer”.
Por supuesto que decido volver a postergar mi regreso y asistir a la entrevista. Me hicieron tres pruebas pero la más importante no la pasé, sin embargo, tengo esa ventana abierta con posibles oportunidades a venir, porque Dios así me lo dijo. No se trata de Telemundo, se trata de lo que Dios usa para cumplir su propósito, y no es que estar en la televisión es un sueño para mí, no lo es y nunca lo ha sido, pero en Venezuela tuve la oportunidad de trabajar en Sun Channel y la verdad me encantó, y lo que más me entusiasma, es que es un medio que exige y mucho.
Después de ese episodio, he hecho muchas cosas referentes a mi profesión y por ende a mis trabajos con la revista digital, donde pude entrevistar a Ángel Sánchez, quien también se prestó para portada de la misma. Además de eventos que me han dado un columpio para mis metas con la internacionalización de En Boga Magazine en la ciudad que nunca duerme.
También, he asistido a eventos importantes en la industria de la moda y el arte.
Cabe destacar, que todo lo que les he narrado es con mis guachicones guardados en mi cartera -literalmente-, así ando por las calles y los trenes, eso sin mencionar, los abrigos, chaquetas y todo lo que sea para protegerme del frío.
Saben, estás eventualidades requieren tacones, vestido, maquillaje, “dress up”, hahahahahaha, y aquí no cuento con las comodidades que tenía en Venezuela, como carro, ayuda, familia, amigos, contactos, ufff, etc. aquí todo ha sido un desafío para mí, que causalmente sola decidí asumir, siguiendo los planes que Dios tiene para mí, así conlleven mucho sacrificios.
Por eso, quiero invitarlos a estar atentos a cada una de las circunstancias que pasan en sus vidas, que estoy segura no son casualidad, porque todo tiene un propósito.
Nos leemos pronto, Dios los bendiga