¿Has dicho alguna vez que necesitas más que 24 horas en un día? La mayoría de las veces, el saturarte de tareas trae cansancio, desánimo, bloqueo mental y al final, no terminas de hacer todo lo que debes.
La clave para todo es la organización y el fijarse objetivos realistas por día.
¿Cómo puedes empezar?
Descansa bien.
Cuando descansamos las horas necesarias, nuestro cerebro está mucho más preparado para llevar a cabo cualquier actividad, tenemos mucha más energía y nuestro humor mejora.
Escribe la planificación del día la noche anterior:
Esto es sumamente importante y aunque no lo creas, facilita muchísimo tu rendimiento. Puedes fijar un horario para despertarte y a partir de allí, escribir cada tarea por horas, HASTA EL COMER. En esta planificación es importante incluir también el tiempo libre o pausas. Saturarse de actividades no significa ser más productivo. Haz checklist de todo lo que vayas cumpliendo.
Ejercítate:
Los ejercicios nos llenan de vitalidad, depende de tu preferencia, puedes dedicarle unos minutos en la mañana, tarde o noche. Agrégalo en tu planificación. Recuerda lo que dicen, mente sana = cuerpo sano.
Aliméntate saludablemente:
La alimentación es nuestro combustible, así que hay que prestarle atención a este punto, ya que de lo que comamos depende mucho nuestra productividad. Incluye en tu plan alimenticio muchas frutas y vegetales, que nutren y nos llenan de energía.
Proponte objetivos realistas:
No es necesario llenarte de 500 tareas por día si al final sabes –porque lo sabes-, que no vas a culminarlas. Lo más ideal es apuntar objetivos por día que sabes que podrás cumplir. Esto además de hacerte avanzar, te va a llenar de satisfacción por haberlo realizado.
Hay que tener en cuenta que los imprevistos existen, dentro de la planificación debe existir la flexibilidad, ya que no puedes controlarlo TODO. Así que no te presiones demasiado por hacer todo a la perfección, mejor dedícate a cumplir disfrutando del proceso.
